
El mejor momento del día, desde hace un tiempo, se ha convertido en el biberón que le doy a Lucía a las 10 de la noche. Con el cuarto a oscuras le doy un biberón, para que aguante toda la noche durmiendo. Es precioso verla, oirla respirar, el movimiento de sus manos... compensa cualquier mal momento del día. Es más compensa no haber podido haber ido a España estas navidades. En esos momentos, la tranquilidad y la paz me llenan. Puedo pensar tranquilamente, y plantearme muchas cosas. Espero que esa paz y tranquilidad de esos momentos dure durante el 2009.