Monday, May 15, 2006

Tocar y Luchar


Ayer vi en el cine Tocar y Luchar. Es un gran documental sobre la música clásica en Venezuela. Creo que todos tenemos mucho que aprender de los valores que la película intenta transmitir. Todo esto me hizo recordar mi amor por la música y los tiempos en los que era estudiante de solfeo, flauta travesera, componente de grupos de cámara, orquesta, los conciertos, los nervios, los aplausos, las decepciones... Voy a contar un poco de mi vida musical. Siempre fui aficionado a la música. Recuerdo cuando a mis tíos les regalaban vinilos, y mis primeras cassetes. Me encantaba!!! Pero no fue hasta los 13 años que empecé a estudiar música. El motivo fue que mis hermanos menores empezaron a estudiar en una escuela. Mi herman, Núria, tuvo una profesora, Mari Carmen (que tambien lo fue mía), que les avisó a mis padres de las habilidades musicales de mi hermana. En ese momento, en mi barrio, Andana abrió sus puertas. Mis hermanos fueron de los primeros alumnos (y mucho mejores músicos que quien escribe esto). Yo empecé un año más tarde. Yo era bastante mayor que el resto de alumnos que empezaban, y por eso al principio mis clases eran individuales. Reconozco que era un alumno terrible, copiaba, trataba de hacer trampas... Pero Immaculada tuvo una paciencia infinita conmigo. Ella es mucho más que mi primera profesora, la directora e "ideadora" de la escuela. Para mi es una gran amiga. Alguien que me aportó mucho, musical y personalmente. Sólo puedo decir gracias. Yo decidí tocar la flauta travesera por estos motivos: no me gustaban el piano ni el violín (que lo estudiaban mis hermanos), y tampoco la guitarra. A eso se unió un joven profesor, Eduardo Costa, que me cautivó. Debo decir que es un gran docente, un gran compositor, un gran músico, y mejor persona. A través de él fui aprendiendo lo poco que se. Un año no pudo darme clase, y lo hizo Alfonso, y la verdad es que fue un cambio. Me vino bien, pero me encantó volver a dar clases junto a Eduardo más tarde. Con él di mis primeros recitales, mis examenes, mis conciertos, el grupo de cámara, el inicio de la Orquesta de Andana, los cursos de verano con la Orquesta de Flautas de Madrid... En esos cursos tuve la oportunidad de conocer grandes músicos: Julián Elvira, Istvan Matutz, Paixariño... y muchos más cuyos nombres no recuerdo, pero si sus caras. La música me permitió compartir grandes momentos y sensaciones. Igualmente, me inculcó una disciplina, el arte de hacer algo en equipo, y muchas otras cosas. Ahora mismo no toco, porque mi flauta está en Madrid, pero espero me la traigan mis padres y vuelva a hacerlo. Son tantas las cosas aprendidas, y tantas las gentes a las que agradecer, que solo diré un gran GRACIAS.

2 comments:

Anonymous said...

et portarem la flauta sens falta!

ma

Anonymous said...

Te recuerdo en Vic por Navidad tocando la flauta.Me has recordado momentos muy buenos.Gracias

T´estima

LÁvia