El viernes fui a cenar a Sibaris. Hacía tiempo que no había ido por diferentes motivos, y es uno de mis restaurantes preferidos de Caracas y donde gracias a la labor y trato de sus integrantes me siento como en casa. Ya sabía, pues lo había estado hablando días atrás con Sumito y Héctor, que no me encontraría con el 1,2,3 y postres que tanto me habían gustado. Pero bueno... no todo el mundo entendió el concepto y entiendo que tuviesen que cambiar. La carta me encantó, y tuve una cena como hacía tiempo no tenía. Lástima que no tuviesen algunos de los platos que me hubiese gustado probar, tanto los segundos como los postres... Una pequeña queja, que no me avisasen al escoger el vino que sólo tenían una botella y tener que cambiar de vino a media cena. Por lo demás, genial, como siempre.
Ayer fui a comer, o como dicen por aquí, almorzar, a Malabar. Había hablado con Oriol y me dijo que tenía la visita de Jose Manuel con el foïe, el pato, el ganso.... y que íbamos a degustar unas cosas. Me daba un poco de vergüenza presentarme así de golpe, pero tras volver a confirmar por teléfono por Oriol llegué a Malabar. Allí estaban, cerveza en mano, Oriol y José Manuel. Apareció Federico, quien se encargaría de preparar todo. Llegaron más tarde Carlos y Alejandra, apareció Pascal, luego vino a despedirse Florencia (se va a hacer unas fantásticas pasantías)... LA verdad que todo fue excelente, lleno de sorpresas, pero lo mejor de todo, poder compartir con todos estos amigos una sobremesa sensacional. Gracias por invitarme a colarme en ella. Gracias de todo corazón.
Preparaos para lo que se aproxima...
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